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Aldruss

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    Aldruss consiguió una reacción de Tali en La Guerra de los Hudson   
    LA GUERRA DE LOS HUDSON
    UN HUDSON ANOCHECE ARRESTADO Y OTRA AMANECE VIVA.
    La pasada tarde, cerca del anochecer, varios soldados del Acuartelamiento de Arroyoeste se personaron en la hacienda de Alfred Hudson, dueño de la compañía comercial Marea Gris, propietaria de los muelles en los que recientemente se dio un conflicto armado con fuerzas mercenarias, suceso cubierto en este mismo medio al día siguiente. Al mando del grupo de soldados de infantería acudía una cabo de mosqueteros de uniformidad gilneana.
    Los informes recabados sobre el suceso son aún confusos, pero se ha confirmado que, una vez más, se ha dado un enfrentamiento de importantes dimensiones en torno a la figura de Alfred Hudson, de quien se sabe que recientemente remitió a Su Majestad, el rey Cringris, una petición para validar su herencia del ducado gilneano de los Hudson.
    Hasta donde este diario ha podido esclarecer, las fuerzas militares llegaron a la hacienda, ordenando de inmediato la rendición del armamento portado por la vigilancia privada del aspirante al ducado. De esta manera accedieron a la parcela dando instrucciones por las cuales los vigilantes procedieron a desarmarse y a reunirse en un área de la misma junto con el personal de servicio de la hacienda. Es durante este proceso que se oyeron gritos de disputa desde el interior del edificio principal, ante lo cual parte de las fuerzas militares acudieron raudos para intervenir. Según se ha podido conocer, tras esto, se produjo un conflicto sangriento dentro de la residencia de Alfred Hudson.
    En este punto es donde la secuencia se torna confusa, pero se sabe que varias partes independientes tomaron lugar en el enfrentamiento, sin poder determinar qué bando toman cada una o cuales eran los objetivos concretos de las mismas. Se sabe que dentro de la residencia se encontraba una mujer, Brenda Wells, que se suponía bajo arresto en las mazmorras de la capital por atentar contra la vida del propio Alfred Hudson en el pasado, tomando parte de una serie de asesinatos, contra sujetos del entorno del gilneano, que despertaron el temor y la inseguridad en el reino en su momento. Aquejada por la maldición huargen, adoptó su forma lupina ante los militares cuando estos irrumpieron en la propiedad, se cree que con la intención de dar muerte de Alfred Hudson por rencillas personales. La guardia intervino en un intento de frustrar las intenciones de Wells y de arrestar a Alfred Hudson. En este punto el noble gilneano llamó a su guardia, que intentó apresurarse a intervenir en favor de Hudson mientras los soldados del exterior arremetían contra ellos. Se sabe también que en el interior intervino un brujo que de algún modo había conseguido inmiscuirse en el conflicto. Se desconocen las intenciones de este brujo, pero parece ser que se sirvió de la presencia de un demonio para sus actos, y que dicho demonio intentó agredir a Alfred Hudson de algún modo, lo que lleva a pensar que también con este hereje tenía conflictos por resolver el noble.
    En resumen, el interior de la residencia se convirtió en una batalla campal en la que diferentes partes entraron en conflicto entorno a la figura de Alfred Hudson que, según parece, se vio rodeado por enemigos que chocaban entre sí tanto como con él mismo. A esto debe añadirse la intervención de un tirador distanciado de la hacienda, que comenzó a disparar flechas contra la vigilancia personal del noble desde algún edificio de la zona, añadiendo más caos a la situación.
    Para cuando las patrullas locales llegaron como refuerzo el incidente ya había llegado a su fin, cobrándose al menos siete víctimas mortales entre la vigilancia privada de Alfred. Brenda Wells y el brujo, cuyo nombre aún no ha sido comunicado, fueron reducidos, así como el propio Alfred Hudson, del que se sabe que recibió heridas de gravedad antes de su arresto. Hasta donde se sabe, el tirador externo se evadió sin que haya podido ser identificado. Finalmente las patrullas locales cooperaron con las fuerzas de Arroyoeste para el acordonado de la zona y la derivación de los arrestados a las diferentes instalaciones en las que fueron encerrados.
    Se ha podido conocer el nombre de la cabo de mosqueteros que encabezó la operación de arresto: Lorraine “Silversmith” Hudson. La misma cabo que se suponía caída en Tol Barad, a la que se le rindió honores en sus actos fúnebres en Ventormenta, donde Alfred Hudson negó una vez más todo parentesco con ella dando lugar a un conflicto verbal con los allegados de la misma.
    Según ha podido conocer el periódico, estos conflictos familiares se remontan a hace dos años, tras la investigación de un asesinato múltiple en Villaoscura, donde la investigación de la propia Lorraine, en calidad de mercenaria, terminó por señalar a Alfred como sospechoso de instigar aquella matanza.
    Fuentes del Ejército afirman que actualmente se disponen a recopilar lo que describen como “un voluminoso listado de informes relativos a Alfred Hudson”, para presentarlos en conjunto como una acusación definitiva contra el mismo, atribuyéndole la máxima responsabilidad por un largo listado de crímenes de la mayor gravedad, entre los que se incluyen, sin limitarse a ellos: Atentado contra la corona gilneana, asesinatos múltiples, conspiración y herejía.
    Queda por ver cómo se resuelven estas acusaciones, no sólo contra Alfred Hudson, sino contra numerosos sujetos de su entorno que fueron arrestados en los últimos días, pero parece ser que, una vez disperso el humo de la batalla, al final sólo ha quedado una Hudson en pie.
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    Aldruss consiguió una reacción de Evan en La Guerra de los Hudson   
    LA GUERRA DE LOS HUDSON
    UN HUDSON ANOCHECE ARRESTADO Y OTRA AMANECE VIVA.
    La pasada tarde, cerca del anochecer, varios soldados del Acuartelamiento de Arroyoeste se personaron en la hacienda de Alfred Hudson, dueño de la compañía comercial Marea Gris, propietaria de los muelles en los que recientemente se dio un conflicto armado con fuerzas mercenarias, suceso cubierto en este mismo medio al día siguiente. Al mando del grupo de soldados de infantería acudía una cabo de mosqueteros de uniformidad gilneana.
    Los informes recabados sobre el suceso son aún confusos, pero se ha confirmado que, una vez más, se ha dado un enfrentamiento de importantes dimensiones en torno a la figura de Alfred Hudson, de quien se sabe que recientemente remitió a Su Majestad, el rey Cringris, una petición para validar su herencia del ducado gilneano de los Hudson.
    Hasta donde este diario ha podido esclarecer, las fuerzas militares llegaron a la hacienda, ordenando de inmediato la rendición del armamento portado por la vigilancia privada del aspirante al ducado. De esta manera accedieron a la parcela dando instrucciones por las cuales los vigilantes procedieron a desarmarse y a reunirse en un área de la misma junto con el personal de servicio de la hacienda. Es durante este proceso que se oyeron gritos de disputa desde el interior del edificio principal, ante lo cual parte de las fuerzas militares acudieron raudos para intervenir. Según se ha podido conocer, tras esto, se produjo un conflicto sangriento dentro de la residencia de Alfred Hudson.
    En este punto es donde la secuencia se torna confusa, pero se sabe que varias partes independientes tomaron lugar en el enfrentamiento, sin poder determinar qué bando toman cada una o cuales eran los objetivos concretos de las mismas. Se sabe que dentro de la residencia se encontraba una mujer, Brenda Wells, que se suponía bajo arresto en las mazmorras de la capital por atentar contra la vida del propio Alfred Hudson en el pasado, tomando parte de una serie de asesinatos, contra sujetos del entorno del gilneano, que despertaron el temor y la inseguridad en el reino en su momento. Aquejada por la maldición huargen, adoptó su forma lupina ante los militares cuando estos irrumpieron en la propiedad, se cree que con la intención de dar muerte de Alfred Hudson por rencillas personales. La guardia intervino en un intento de frustrar las intenciones de Wells y de arrestar a Alfred Hudson. En este punto el noble gilneano llamó a su guardia, que intentó apresurarse a intervenir en favor de Hudson mientras los soldados del exterior arremetían contra ellos. Se sabe también que en el interior intervino un brujo que de algún modo había conseguido inmiscuirse en el conflicto. Se desconocen las intenciones de este brujo, pero parece ser que se sirvió de la presencia de un demonio para sus actos, y que dicho demonio intentó agredir a Alfred Hudson de algún modo, lo que lleva a pensar que también con este hereje tenía conflictos por resolver el noble.
    En resumen, el interior de la residencia se convirtió en una batalla campal en la que diferentes partes entraron en conflicto entorno a la figura de Alfred Hudson que, según parece, se vio rodeado por enemigos que chocaban entre sí tanto como con él mismo. A esto debe añadirse la intervención de un tirador distanciado de la hacienda, que comenzó a disparar flechas contra la vigilancia personal del noble desde algún edificio de la zona, añadiendo más caos a la situación.
    Para cuando las patrullas locales llegaron como refuerzo el incidente ya había llegado a su fin, cobrándose al menos siete víctimas mortales entre la vigilancia privada de Alfred. Brenda Wells y el brujo, cuyo nombre aún no ha sido comunicado, fueron reducidos, así como el propio Alfred Hudson, del que se sabe que recibió heridas de gravedad antes de su arresto. Hasta donde se sabe, el tirador externo se evadió sin que haya podido ser identificado. Finalmente las patrullas locales cooperaron con las fuerzas de Arroyoeste para el acordonado de la zona y la derivación de los arrestados a las diferentes instalaciones en las que fueron encerrados.
    Se ha podido conocer el nombre de la cabo de mosqueteros que encabezó la operación de arresto: Lorraine “Silversmith” Hudson. La misma cabo que se suponía caída en Tol Barad, a la que se le rindió honores en sus actos fúnebres en Ventormenta, donde Alfred Hudson negó una vez más todo parentesco con ella dando lugar a un conflicto verbal con los allegados de la misma.
    Según ha podido conocer el periódico, estos conflictos familiares se remontan a hace dos años, tras la investigación de un asesinato múltiple en Villaoscura, donde la investigación de la propia Lorraine, en calidad de mercenaria, terminó por señalar a Alfred como sospechoso de instigar aquella matanza.
    Fuentes del Ejército afirman que actualmente se disponen a recopilar lo que describen como “un voluminoso listado de informes relativos a Alfred Hudson”, para presentarlos en conjunto como una acusación definitiva contra el mismo, atribuyéndole la máxima responsabilidad por un largo listado de crímenes de la mayor gravedad, entre los que se incluyen, sin limitarse a ellos: Atentado contra la corona gilneana, asesinatos múltiples, conspiración y herejía.
    Queda por ver cómo se resuelven estas acusaciones, no sólo contra Alfred Hudson, sino contra numerosos sujetos de su entorno que fueron arrestados en los últimos días, pero parece ser que, una vez disperso el humo de la batalla, al final sólo ha quedado una Hudson en pie.
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    Aldruss consiguió una reacción de Kiran en La Guerra de los Hudson   
    LA GUERRA DE LOS HUDSON
    UN HUDSON ANOCHECE ARRESTADO Y OTRA AMANECE VIVA.
    La pasada tarde, cerca del anochecer, varios soldados del Acuartelamiento de Arroyoeste se personaron en la hacienda de Alfred Hudson, dueño de la compañía comercial Marea Gris, propietaria de los muelles en los que recientemente se dio un conflicto armado con fuerzas mercenarias, suceso cubierto en este mismo medio al día siguiente. Al mando del grupo de soldados de infantería acudía una cabo de mosqueteros de uniformidad gilneana.
    Los informes recabados sobre el suceso son aún confusos, pero se ha confirmado que, una vez más, se ha dado un enfrentamiento de importantes dimensiones en torno a la figura de Alfred Hudson, de quien se sabe que recientemente remitió a Su Majestad, el rey Cringris, una petición para validar su herencia del ducado gilneano de los Hudson.
    Hasta donde este diario ha podido esclarecer, las fuerzas militares llegaron a la hacienda, ordenando de inmediato la rendición del armamento portado por la vigilancia privada del aspirante al ducado. De esta manera accedieron a la parcela dando instrucciones por las cuales los vigilantes procedieron a desarmarse y a reunirse en un área de la misma junto con el personal de servicio de la hacienda. Es durante este proceso que se oyeron gritos de disputa desde el interior del edificio principal, ante lo cual parte de las fuerzas militares acudieron raudos para intervenir. Según se ha podido conocer, tras esto, se produjo un conflicto sangriento dentro de la residencia de Alfred Hudson.
    En este punto es donde la secuencia se torna confusa, pero se sabe que varias partes independientes tomaron lugar en el enfrentamiento, sin poder determinar qué bando toman cada una o cuales eran los objetivos concretos de las mismas. Se sabe que dentro de la residencia se encontraba una mujer, Brenda Wells, que se suponía bajo arresto en las mazmorras de la capital por atentar contra la vida del propio Alfred Hudson en el pasado, tomando parte de una serie de asesinatos, contra sujetos del entorno del gilneano, que despertaron el temor y la inseguridad en el reino en su momento. Aquejada por la maldición huargen, adoptó su forma lupina ante los militares cuando estos irrumpieron en la propiedad, se cree que con la intención de dar muerte de Alfred Hudson por rencillas personales. La guardia intervino en un intento de frustrar las intenciones de Wells y de arrestar a Alfred Hudson. En este punto el noble gilneano llamó a su guardia, que intentó apresurarse a intervenir en favor de Hudson mientras los soldados del exterior arremetían contra ellos. Se sabe también que en el interior intervino un brujo que de algún modo había conseguido inmiscuirse en el conflicto. Se desconocen las intenciones de este brujo, pero parece ser que se sirvió de la presencia de un demonio para sus actos, y que dicho demonio intentó agredir a Alfred Hudson de algún modo, lo que lleva a pensar que también con este hereje tenía conflictos por resolver el noble.
    En resumen, el interior de la residencia se convirtió en una batalla campal en la que diferentes partes entraron en conflicto entorno a la figura de Alfred Hudson que, según parece, se vio rodeado por enemigos que chocaban entre sí tanto como con él mismo. A esto debe añadirse la intervención de un tirador distanciado de la hacienda, que comenzó a disparar flechas contra la vigilancia personal del noble desde algún edificio de la zona, añadiendo más caos a la situación.
    Para cuando las patrullas locales llegaron como refuerzo el incidente ya había llegado a su fin, cobrándose al menos siete víctimas mortales entre la vigilancia privada de Alfred. Brenda Wells y el brujo, cuyo nombre aún no ha sido comunicado, fueron reducidos, así como el propio Alfred Hudson, del que se sabe que recibió heridas de gravedad antes de su arresto. Hasta donde se sabe, el tirador externo se evadió sin que haya podido ser identificado. Finalmente las patrullas locales cooperaron con las fuerzas de Arroyoeste para el acordonado de la zona y la derivación de los arrestados a las diferentes instalaciones en las que fueron encerrados.
    Se ha podido conocer el nombre de la cabo de mosqueteros que encabezó la operación de arresto: Lorraine “Silversmith” Hudson. La misma cabo que se suponía caída en Tol Barad, a la que se le rindió honores en sus actos fúnebres en Ventormenta, donde Alfred Hudson negó una vez más todo parentesco con ella dando lugar a un conflicto verbal con los allegados de la misma.
    Según ha podido conocer el periódico, estos conflictos familiares se remontan a hace dos años, tras la investigación de un asesinato múltiple en Villaoscura, donde la investigación de la propia Lorraine, en calidad de mercenaria, terminó por señalar a Alfred como sospechoso de instigar aquella matanza.
    Fuentes del Ejército afirman que actualmente se disponen a recopilar lo que describen como “un voluminoso listado de informes relativos a Alfred Hudson”, para presentarlos en conjunto como una acusación definitiva contra el mismo, atribuyéndole la máxima responsabilidad por un largo listado de crímenes de la mayor gravedad, entre los que se incluyen, sin limitarse a ellos: Atentado contra la corona gilneana, asesinatos múltiples, conspiración y herejía.
    Queda por ver cómo se resuelven estas acusaciones, no sólo contra Alfred Hudson, sino contra numerosos sujetos de su entorno que fueron arrestados en los últimos días, pero parece ser que, una vez disperso el humo de la batalla, al final sólo ha quedado una Hudson en pie.
  4. A favor
    Aldruss consiguió una reacción de Turalyon en La Guerra de los Hudson   
    LA GUERRA DE LOS HUDSON
    UN HUDSON ANOCHECE ARRESTADO Y OTRA AMANECE VIVA.
    La pasada tarde, cerca del anochecer, varios soldados del Acuartelamiento de Arroyoeste se personaron en la hacienda de Alfred Hudson, dueño de la compañía comercial Marea Gris, propietaria de los muelles en los que recientemente se dio un conflicto armado con fuerzas mercenarias, suceso cubierto en este mismo medio al día siguiente. Al mando del grupo de soldados de infantería acudía una cabo de mosqueteros de uniformidad gilneana.
    Los informes recabados sobre el suceso son aún confusos, pero se ha confirmado que, una vez más, se ha dado un enfrentamiento de importantes dimensiones en torno a la figura de Alfred Hudson, de quien se sabe que recientemente remitió a Su Majestad, el rey Cringris, una petición para validar su herencia del ducado gilneano de los Hudson.
    Hasta donde este diario ha podido esclarecer, las fuerzas militares llegaron a la hacienda, ordenando de inmediato la rendición del armamento portado por la vigilancia privada del aspirante al ducado. De esta manera accedieron a la parcela dando instrucciones por las cuales los vigilantes procedieron a desarmarse y a reunirse en un área de la misma junto con el personal de servicio de la hacienda. Es durante este proceso que se oyeron gritos de disputa desde el interior del edificio principal, ante lo cual parte de las fuerzas militares acudieron raudos para intervenir. Según se ha podido conocer, tras esto, se produjo un conflicto sangriento dentro de la residencia de Alfred Hudson.
    En este punto es donde la secuencia se torna confusa, pero se sabe que varias partes independientes tomaron lugar en el enfrentamiento, sin poder determinar qué bando toman cada una o cuales eran los objetivos concretos de las mismas. Se sabe que dentro de la residencia se encontraba una mujer, Brenda Wells, que se suponía bajo arresto en las mazmorras de la capital por atentar contra la vida del propio Alfred Hudson en el pasado, tomando parte de una serie de asesinatos, contra sujetos del entorno del gilneano, que despertaron el temor y la inseguridad en el reino en su momento. Aquejada por la maldición huargen, adoptó su forma lupina ante los militares cuando estos irrumpieron en la propiedad, se cree que con la intención de dar muerte de Alfred Hudson por rencillas personales. La guardia intervino en un intento de frustrar las intenciones de Wells y de arrestar a Alfred Hudson. En este punto el noble gilneano llamó a su guardia, que intentó apresurarse a intervenir en favor de Hudson mientras los soldados del exterior arremetían contra ellos. Se sabe también que en el interior intervino un brujo que de algún modo había conseguido inmiscuirse en el conflicto. Se desconocen las intenciones de este brujo, pero parece ser que se sirvió de la presencia de un demonio para sus actos, y que dicho demonio intentó agredir a Alfred Hudson de algún modo, lo que lleva a pensar que también con este hereje tenía conflictos por resolver el noble.
    En resumen, el interior de la residencia se convirtió en una batalla campal en la que diferentes partes entraron en conflicto entorno a la figura de Alfred Hudson que, según parece, se vio rodeado por enemigos que chocaban entre sí tanto como con él mismo. A esto debe añadirse la intervención de un tirador distanciado de la hacienda, que comenzó a disparar flechas contra la vigilancia personal del noble desde algún edificio de la zona, añadiendo más caos a la situación.
    Para cuando las patrullas locales llegaron como refuerzo el incidente ya había llegado a su fin, cobrándose al menos siete víctimas mortales entre la vigilancia privada de Alfred. Brenda Wells y el brujo, cuyo nombre aún no ha sido comunicado, fueron reducidos, así como el propio Alfred Hudson, del que se sabe que recibió heridas de gravedad antes de su arresto. Hasta donde se sabe, el tirador externo se evadió sin que haya podido ser identificado. Finalmente las patrullas locales cooperaron con las fuerzas de Arroyoeste para el acordonado de la zona y la derivación de los arrestados a las diferentes instalaciones en las que fueron encerrados.
    Se ha podido conocer el nombre de la cabo de mosqueteros que encabezó la operación de arresto: Lorraine “Silversmith” Hudson. La misma cabo que se suponía caída en Tol Barad, a la que se le rindió honores en sus actos fúnebres en Ventormenta, donde Alfred Hudson negó una vez más todo parentesco con ella dando lugar a un conflicto verbal con los allegados de la misma.
    Según ha podido conocer el periódico, estos conflictos familiares se remontan a hace dos años, tras la investigación de un asesinato múltiple en Villaoscura, donde la investigación de la propia Lorraine, en calidad de mercenaria, terminó por señalar a Alfred como sospechoso de instigar aquella matanza.
    Fuentes del Ejército afirman que actualmente se disponen a recopilar lo que describen como “un voluminoso listado de informes relativos a Alfred Hudson”, para presentarlos en conjunto como una acusación definitiva contra el mismo, atribuyéndole la máxima responsabilidad por un largo listado de crímenes de la mayor gravedad, entre los que se incluyen, sin limitarse a ellos: Atentado contra la corona gilneana, asesinatos múltiples, conspiración y herejía.
    Queda por ver cómo se resuelven estas acusaciones, no sólo contra Alfred Hudson, sino contra numerosos sujetos de su entorno que fueron arrestados en los últimos días, pero parece ser que, una vez disperso el humo de la batalla, al final sólo ha quedado una Hudson en pie.
  5. A favor
    Aldruss consiguió una reacción de Moroes en La Guerra de los Hudson   
    LA GUERRA DE LOS HUDSON
    UN HUDSON ANOCHECE ARRESTADO Y OTRA AMANECE VIVA.
    La pasada tarde, cerca del anochecer, varios soldados del Acuartelamiento de Arroyoeste se personaron en la hacienda de Alfred Hudson, dueño de la compañía comercial Marea Gris, propietaria de los muelles en los que recientemente se dio un conflicto armado con fuerzas mercenarias, suceso cubierto en este mismo medio al día siguiente. Al mando del grupo de soldados de infantería acudía una cabo de mosqueteros de uniformidad gilneana.
    Los informes recabados sobre el suceso son aún confusos, pero se ha confirmado que, una vez más, se ha dado un enfrentamiento de importantes dimensiones en torno a la figura de Alfred Hudson, de quien se sabe que recientemente remitió a Su Majestad, el rey Cringris, una petición para validar su herencia del ducado gilneano de los Hudson.
    Hasta donde este diario ha podido esclarecer, las fuerzas militares llegaron a la hacienda, ordenando de inmediato la rendición del armamento portado por la vigilancia privada del aspirante al ducado. De esta manera accedieron a la parcela dando instrucciones por las cuales los vigilantes procedieron a desarmarse y a reunirse en un área de la misma junto con el personal de servicio de la hacienda. Es durante este proceso que se oyeron gritos de disputa desde el interior del edificio principal, ante lo cual parte de las fuerzas militares acudieron raudos para intervenir. Según se ha podido conocer, tras esto, se produjo un conflicto sangriento dentro de la residencia de Alfred Hudson.
    En este punto es donde la secuencia se torna confusa, pero se sabe que varias partes independientes tomaron lugar en el enfrentamiento, sin poder determinar qué bando toman cada una o cuales eran los objetivos concretos de las mismas. Se sabe que dentro de la residencia se encontraba una mujer, Brenda Wells, que se suponía bajo arresto en las mazmorras de la capital por atentar contra la vida del propio Alfred Hudson en el pasado, tomando parte de una serie de asesinatos, contra sujetos del entorno del gilneano, que despertaron el temor y la inseguridad en el reino en su momento. Aquejada por la maldición huargen, adoptó su forma lupina ante los militares cuando estos irrumpieron en la propiedad, se cree que con la intención de dar muerte de Alfred Hudson por rencillas personales. La guardia intervino en un intento de frustrar las intenciones de Wells y de arrestar a Alfred Hudson. En este punto el noble gilneano llamó a su guardia, que intentó apresurarse a intervenir en favor de Hudson mientras los soldados del exterior arremetían contra ellos. Se sabe también que en el interior intervino un brujo que de algún modo había conseguido inmiscuirse en el conflicto. Se desconocen las intenciones de este brujo, pero parece ser que se sirvió de la presencia de un demonio para sus actos, y que dicho demonio intentó agredir a Alfred Hudson de algún modo, lo que lleva a pensar que también con este hereje tenía conflictos por resolver el noble.
    En resumen, el interior de la residencia se convirtió en una batalla campal en la que diferentes partes entraron en conflicto entorno a la figura de Alfred Hudson que, según parece, se vio rodeado por enemigos que chocaban entre sí tanto como con él mismo. A esto debe añadirse la intervención de un tirador distanciado de la hacienda, que comenzó a disparar flechas contra la vigilancia personal del noble desde algún edificio de la zona, añadiendo más caos a la situación.
    Para cuando las patrullas locales llegaron como refuerzo el incidente ya había llegado a su fin, cobrándose al menos siete víctimas mortales entre la vigilancia privada de Alfred. Brenda Wells y el brujo, cuyo nombre aún no ha sido comunicado, fueron reducidos, así como el propio Alfred Hudson, del que se sabe que recibió heridas de gravedad antes de su arresto. Hasta donde se sabe, el tirador externo se evadió sin que haya podido ser identificado. Finalmente las patrullas locales cooperaron con las fuerzas de Arroyoeste para el acordonado de la zona y la derivación de los arrestados a las diferentes instalaciones en las que fueron encerrados.
    Se ha podido conocer el nombre de la cabo de mosqueteros que encabezó la operación de arresto: Lorraine “Silversmith” Hudson. La misma cabo que se suponía caída en Tol Barad, a la que se le rindió honores en sus actos fúnebres en Ventormenta, donde Alfred Hudson negó una vez más todo parentesco con ella dando lugar a un conflicto verbal con los allegados de la misma.
    Según ha podido conocer el periódico, estos conflictos familiares se remontan a hace dos años, tras la investigación de un asesinato múltiple en Villaoscura, donde la investigación de la propia Lorraine, en calidad de mercenaria, terminó por señalar a Alfred como sospechoso de instigar aquella matanza.
    Fuentes del Ejército afirman que actualmente se disponen a recopilar lo que describen como “un voluminoso listado de informes relativos a Alfred Hudson”, para presentarlos en conjunto como una acusación definitiva contra el mismo, atribuyéndole la máxima responsabilidad por un largo listado de crímenes de la mayor gravedad, entre los que se incluyen, sin limitarse a ellos: Atentado contra la corona gilneana, asesinatos múltiples, conspiración y herejía.
    Queda por ver cómo se resuelven estas acusaciones, no sólo contra Alfred Hudson, sino contra numerosos sujetos de su entorno que fueron arrestados en los últimos días, pero parece ser que, una vez disperso el humo de la batalla, al final sólo ha quedado una Hudson en pie.
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    Aldruss consiguió una reacción de Becka en Enfrentamiento armado en Ventormenta.   
    ÚLTIMA HORA: ENFRENTAMIENTO ARMADO EN VENTORMENTA.
    EL EJÉRCITO HACE FRENTE A UNA FORMACIÓN MERCENARIA EN LOS MUELLES DE LA CAPITAL.
    Esta pasada noche, entre la una y las dos de la madrugada, se ha dado un enfrentamiento armado entre un reducido grupo de integrantes del Ejército y lo que ha venido a identificarse como una unidad mercenaria cuando ésta estaba siendo introducida en la capital por medio de dos embarcaciones.
    Varios testigos afirman haber avistado durante la tarde de ayer a cuatro o cinco soldados, variando según las fuentes, indagando en los muelles e interrogando con ánimos crispados a un empleado del puerto. Tras esto la jornada transcurrió de manera rutinaria sin incidentes reseñables ni presencia aparente por parte de la guardia más allá de las patrullas de rigor.
    Caída ya la noche, en torno a la hora señalada del incidente, diversas fuentes afirman haber oído ruidos propios de un enfrentamiento entorno a los muelles doce y trece. Algunas de estas fuentes afirman haberse aproximado lo suficiente para ver a un reducido grupo de guardias combatiendo contra un surtido número de marineros, sin embargo, el temor a las consecuencias por intervenir en un modo u otro les empujó a distanciarse del lugar. Finalmente, una suerte de hechizo proyectado a los cielos terminó de señalizar al lugar para las fuerzas que patrullaban la ciudad y ya se iban aproximando alertados por los ruidos, según detalles recibidos del propio Ejército.
    Según estas últimas fuentes, el conflicto parece ser resultado de una redada orquestada por un equipo del Cuartel de Arroyoeste que venía manteniendo una investigación relacionada con el contrabando, de cuyos detalles no se ha podido obtener información hasta el momento.
    Tras la asistencia de refuerzos militares a los muelles terminó por reducirse y arrestarse a todos los involucrados en el conflicto contra la guardia. Entre los arestados se cuentan a dos figuras de considerable prestigio y numerosas actividades financieras: Donna Scott, de origen gilneano, y el ventormentino Viras Holdem. A estos dos hay que sumar las tripulaciones de los barcos “Cindy” y “Maréa Gentil” junto con sus capitanes, Ripley y Cenly respectivamente, así como unos cincuenta hombres armados transportados entre los dos navíos, entre los cuales se incluye al menos un hechicero.
    Según la información preliminar recabada, el enfrentamiento se pudo haber saldado con entorno a cinco muertos, todos integrantes de las tripulaciones o grupos armados. El resto de sujetos fueron arrestados y permanecen retenidos, algunos en las mazmorras de la capital y otros en el Cuartel Arroyoeste.
    Los dos barcos interceptados, actualmente requisados por las autoridades, operaban al servicio de la compañía Marea Gris, siendo uno propiedad de la misma, y el otro sirviendo bajo contrato; dicha compañía es propiedad de Alfred Hudson, descendiente del ducado gilneano de los Hudson que durante los últimos años viene pugnando por reclamar su legado, al tiempo que se viene encontrando en el centro de una serie de acusaciones hasta el momento no probadas en relación a posibles boicots y conspiraciones. El señor Hudson viene siendo objeto de referencias y juicios de valor dispares por parte de diferentes personas, tanto en tertulias como en documentos escritos, a raíz de sus reivindicaciones, pretendiendo negar su parentesco con la difunta Cabo de Mosqueteros Lorraine Silversmith Hudson, durante el funeral de la misma que se celebró hace pocas semanas, después de que se confirmara su defunción en acto de servicio.
    Hudson ha negado al personal de este diario toda vinculación con actividades de contrabando y ha manifestado su firme voluntad de depurar responsabilidades, así como de indagar en el asunto con la esperanza de descubrir no sólo a los responsables de esta movilización clandestina de mercenarios sino también la finalidad de tal despliegue.
     
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    Aldruss consiguió una reacción de Alcunic en Enfrentamiento armado en Ventormenta.   
    ÚLTIMA HORA: ENFRENTAMIENTO ARMADO EN VENTORMENTA.
    EL EJÉRCITO HACE FRENTE A UNA FORMACIÓN MERCENARIA EN LOS MUELLES DE LA CAPITAL.
    Esta pasada noche, entre la una y las dos de la madrugada, se ha dado un enfrentamiento armado entre un reducido grupo de integrantes del Ejército y lo que ha venido a identificarse como una unidad mercenaria cuando ésta estaba siendo introducida en la capital por medio de dos embarcaciones.
    Varios testigos afirman haber avistado durante la tarde de ayer a cuatro o cinco soldados, variando según las fuentes, indagando en los muelles e interrogando con ánimos crispados a un empleado del puerto. Tras esto la jornada transcurrió de manera rutinaria sin incidentes reseñables ni presencia aparente por parte de la guardia más allá de las patrullas de rigor.
    Caída ya la noche, en torno a la hora señalada del incidente, diversas fuentes afirman haber oído ruidos propios de un enfrentamiento entorno a los muelles doce y trece. Algunas de estas fuentes afirman haberse aproximado lo suficiente para ver a un reducido grupo de guardias combatiendo contra un surtido número de marineros, sin embargo, el temor a las consecuencias por intervenir en un modo u otro les empujó a distanciarse del lugar. Finalmente, una suerte de hechizo proyectado a los cielos terminó de señalizar al lugar para las fuerzas que patrullaban la ciudad y ya se iban aproximando alertados por los ruidos, según detalles recibidos del propio Ejército.
    Según estas últimas fuentes, el conflicto parece ser resultado de una redada orquestada por un equipo del Cuartel de Arroyoeste que venía manteniendo una investigación relacionada con el contrabando, de cuyos detalles no se ha podido obtener información hasta el momento.
    Tras la asistencia de refuerzos militares a los muelles terminó por reducirse y arrestarse a todos los involucrados en el conflicto contra la guardia. Entre los arestados se cuentan a dos figuras de considerable prestigio y numerosas actividades financieras: Donna Scott, de origen gilneano, y el ventormentino Viras Holdem. A estos dos hay que sumar las tripulaciones de los barcos “Cindy” y “Maréa Gentil” junto con sus capitanes, Ripley y Cenly respectivamente, así como unos cincuenta hombres armados transportados entre los dos navíos, entre los cuales se incluye al menos un hechicero.
    Según la información preliminar recabada, el enfrentamiento se pudo haber saldado con entorno a cinco muertos, todos integrantes de las tripulaciones o grupos armados. El resto de sujetos fueron arrestados y permanecen retenidos, algunos en las mazmorras de la capital y otros en el Cuartel Arroyoeste.
    Los dos barcos interceptados, actualmente requisados por las autoridades, operaban al servicio de la compañía Marea Gris, siendo uno propiedad de la misma, y el otro sirviendo bajo contrato; dicha compañía es propiedad de Alfred Hudson, descendiente del ducado gilneano de los Hudson que durante los últimos años viene pugnando por reclamar su legado, al tiempo que se viene encontrando en el centro de una serie de acusaciones hasta el momento no probadas en relación a posibles boicots y conspiraciones. El señor Hudson viene siendo objeto de referencias y juicios de valor dispares por parte de diferentes personas, tanto en tertulias como en documentos escritos, a raíz de sus reivindicaciones, pretendiendo negar su parentesco con la difunta Cabo de Mosqueteros Lorraine Silversmith Hudson, durante el funeral de la misma que se celebró hace pocas semanas, después de que se confirmara su defunción en acto de servicio.
    Hudson ha negado al personal de este diario toda vinculación con actividades de contrabando y ha manifestado su firme voluntad de depurar responsabilidades, así como de indagar en el asunto con la esperanza de descubrir no sólo a los responsables de esta movilización clandestina de mercenarios sino también la finalidad de tal despliegue.
     
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    Aldruss consiguió una reacción de Evan en Enfrentamiento armado en Ventormenta.   
    ÚLTIMA HORA: ENFRENTAMIENTO ARMADO EN VENTORMENTA.
    EL EJÉRCITO HACE FRENTE A UNA FORMACIÓN MERCENARIA EN LOS MUELLES DE LA CAPITAL.
    Esta pasada noche, entre la una y las dos de la madrugada, se ha dado un enfrentamiento armado entre un reducido grupo de integrantes del Ejército y lo que ha venido a identificarse como una unidad mercenaria cuando ésta estaba siendo introducida en la capital por medio de dos embarcaciones.
    Varios testigos afirman haber avistado durante la tarde de ayer a cuatro o cinco soldados, variando según las fuentes, indagando en los muelles e interrogando con ánimos crispados a un empleado del puerto. Tras esto la jornada transcurrió de manera rutinaria sin incidentes reseñables ni presencia aparente por parte de la guardia más allá de las patrullas de rigor.
    Caída ya la noche, en torno a la hora señalada del incidente, diversas fuentes afirman haber oído ruidos propios de un enfrentamiento entorno a los muelles doce y trece. Algunas de estas fuentes afirman haberse aproximado lo suficiente para ver a un reducido grupo de guardias combatiendo contra un surtido número de marineros, sin embargo, el temor a las consecuencias por intervenir en un modo u otro les empujó a distanciarse del lugar. Finalmente, una suerte de hechizo proyectado a los cielos terminó de señalizar al lugar para las fuerzas que patrullaban la ciudad y ya se iban aproximando alertados por los ruidos, según detalles recibidos del propio Ejército.
    Según estas últimas fuentes, el conflicto parece ser resultado de una redada orquestada por un equipo del Cuartel de Arroyoeste que venía manteniendo una investigación relacionada con el contrabando, de cuyos detalles no se ha podido obtener información hasta el momento.
    Tras la asistencia de refuerzos militares a los muelles terminó por reducirse y arrestarse a todos los involucrados en el conflicto contra la guardia. Entre los arestados se cuentan a dos figuras de considerable prestigio y numerosas actividades financieras: Donna Scott, de origen gilneano, y el ventormentino Viras Holdem. A estos dos hay que sumar las tripulaciones de los barcos “Cindy” y “Maréa Gentil” junto con sus capitanes, Ripley y Cenly respectivamente, así como unos cincuenta hombres armados transportados entre los dos navíos, entre los cuales se incluye al menos un hechicero.
    Según la información preliminar recabada, el enfrentamiento se pudo haber saldado con entorno a cinco muertos, todos integrantes de las tripulaciones o grupos armados. El resto de sujetos fueron arrestados y permanecen retenidos, algunos en las mazmorras de la capital y otros en el Cuartel Arroyoeste.
    Los dos barcos interceptados, actualmente requisados por las autoridades, operaban al servicio de la compañía Marea Gris, siendo uno propiedad de la misma, y el otro sirviendo bajo contrato; dicha compañía es propiedad de Alfred Hudson, descendiente del ducado gilneano de los Hudson que durante los últimos años viene pugnando por reclamar su legado, al tiempo que se viene encontrando en el centro de una serie de acusaciones hasta el momento no probadas en relación a posibles boicots y conspiraciones. El señor Hudson viene siendo objeto de referencias y juicios de valor dispares por parte de diferentes personas, tanto en tertulias como en documentos escritos, a raíz de sus reivindicaciones, pretendiendo negar su parentesco con la difunta Cabo de Mosqueteros Lorraine Silversmith Hudson, durante el funeral de la misma que se celebró hace pocas semanas, después de que se confirmara su defunción en acto de servicio.
    Hudson ha negado al personal de este diario toda vinculación con actividades de contrabando y ha manifestado su firme voluntad de depurar responsabilidades, así como de indagar en el asunto con la esperanza de descubrir no sólo a los responsables de esta movilización clandestina de mercenarios sino también la finalidad de tal despliegue.
     
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    Aldruss consiguió una reacción de Kiran en Enfrentamiento armado en Ventormenta.   
    ÚLTIMA HORA: ENFRENTAMIENTO ARMADO EN VENTORMENTA.
    EL EJÉRCITO HACE FRENTE A UNA FORMACIÓN MERCENARIA EN LOS MUELLES DE LA CAPITAL.
    Esta pasada noche, entre la una y las dos de la madrugada, se ha dado un enfrentamiento armado entre un reducido grupo de integrantes del Ejército y lo que ha venido a identificarse como una unidad mercenaria cuando ésta estaba siendo introducida en la capital por medio de dos embarcaciones.
    Varios testigos afirman haber avistado durante la tarde de ayer a cuatro o cinco soldados, variando según las fuentes, indagando en los muelles e interrogando con ánimos crispados a un empleado del puerto. Tras esto la jornada transcurrió de manera rutinaria sin incidentes reseñables ni presencia aparente por parte de la guardia más allá de las patrullas de rigor.
    Caída ya la noche, en torno a la hora señalada del incidente, diversas fuentes afirman haber oído ruidos propios de un enfrentamiento entorno a los muelles doce y trece. Algunas de estas fuentes afirman haberse aproximado lo suficiente para ver a un reducido grupo de guardias combatiendo contra un surtido número de marineros, sin embargo, el temor a las consecuencias por intervenir en un modo u otro les empujó a distanciarse del lugar. Finalmente, una suerte de hechizo proyectado a los cielos terminó de señalizar al lugar para las fuerzas que patrullaban la ciudad y ya se iban aproximando alertados por los ruidos, según detalles recibidos del propio Ejército.
    Según estas últimas fuentes, el conflicto parece ser resultado de una redada orquestada por un equipo del Cuartel de Arroyoeste que venía manteniendo una investigación relacionada con el contrabando, de cuyos detalles no se ha podido obtener información hasta el momento.
    Tras la asistencia de refuerzos militares a los muelles terminó por reducirse y arrestarse a todos los involucrados en el conflicto contra la guardia. Entre los arestados se cuentan a dos figuras de considerable prestigio y numerosas actividades financieras: Donna Scott, de origen gilneano, y el ventormentino Viras Holdem. A estos dos hay que sumar las tripulaciones de los barcos “Cindy” y “Maréa Gentil” junto con sus capitanes, Ripley y Cenly respectivamente, así como unos cincuenta hombres armados transportados entre los dos navíos, entre los cuales se incluye al menos un hechicero.
    Según la información preliminar recabada, el enfrentamiento se pudo haber saldado con entorno a cinco muertos, todos integrantes de las tripulaciones o grupos armados. El resto de sujetos fueron arrestados y permanecen retenidos, algunos en las mazmorras de la capital y otros en el Cuartel Arroyoeste.
    Los dos barcos interceptados, actualmente requisados por las autoridades, operaban al servicio de la compañía Marea Gris, siendo uno propiedad de la misma, y el otro sirviendo bajo contrato; dicha compañía es propiedad de Alfred Hudson, descendiente del ducado gilneano de los Hudson que durante los últimos años viene pugnando por reclamar su legado, al tiempo que se viene encontrando en el centro de una serie de acusaciones hasta el momento no probadas en relación a posibles boicots y conspiraciones. El señor Hudson viene siendo objeto de referencias y juicios de valor dispares por parte de diferentes personas, tanto en tertulias como en documentos escritos, a raíz de sus reivindicaciones, pretendiendo negar su parentesco con la difunta Cabo de Mosqueteros Lorraine Silversmith Hudson, durante el funeral de la misma que se celebró hace pocas semanas, después de que se confirmara su defunción en acto de servicio.
    Hudson ha negado al personal de este diario toda vinculación con actividades de contrabando y ha manifestado su firme voluntad de depurar responsabilidades, así como de indagar en el asunto con la esperanza de descubrir no sólo a los responsables de esta movilización clandestina de mercenarios sino también la finalidad de tal despliegue.
     
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    Aldruss reaccionó a Sorin en Hudson Caido   
    Estimados lectores, hoy les traemos una noticia, un hecho que ha llegado a la conciencia de nuestra redacción y nos ha causado un temblor de frustración. Un acto que por su fechoría, maldad y falta de decoro nos ha obligado a corroborar la noticia, pues la incredulidad se hacía mella en nosotros, no obstante tas hablar con diversos testigos no hemos podido sino corroborar la calamidad de los hechos.
    El día X del mes Y del presente año, se realizaron en la catedral de Ventormenta los oficios por el alma de la difunta Lady Lorraine Hudson, cabo del ejército de su real majestad Varian Wrynn. Lady Lorraine Hudson alcanzo el mayor de los honores que cabe esperar de un militar, realizo el ultimo sacrificio dando su vida al servicio de la Alianza,  como tantos otros jóvenes caídos su funeral ocupo una tumba vacía, adornada con los recuerdos de quienes la amaron en vida. Duros son los tiempos que vivimos, tiempos donde nuestros soldados son enterrados en el campo de batalla, pues todos conocemos a algún caído en esta guerra por la supervivencia, por la libertad y la esperanza.
    No fueron pocos quienes acudieron al acto funerario, los soldados y compañeros de armas de Lady Lorraine Hudson cargaron su féretro en formación al amparo de amigos y algún familiar, es curioso como el amor y el respeto nos son dados por nuestros actos y no siempre por la sangre que nos acompaña. El hermano de Lady Hudson, Lord Alfred Hudson hizo acto de presencia junto a varias acompañantes femeninas, mas en lugar de mostrar un respetuoso duelo por su difunta hermana, solicito al pastor de la iglesia la retirada de la placa en la tumba, pues a su ver la Cabo Lorraine no merecía su apellido.
    Tal exigencia no cayó en oídos sordos, los soldados se aseguraron de proteger al párroco y a los presentes mientras la indignación hacia mella entre el público que tacharon al Lord de perverso e indecoroso, desde esta redacción no podemos sino condenar la falta de respeto ante un caído de la guerra, una caída de Ventormenta, una caída de la Alianza. Solicitar en el mismo sepelio la retirada del nombre del difunto, no es solo un intento de deshonrar su identidad, sino de borrar su memoria.
    Esta redacción desconoce la opinión del ejército ante estos actos, mas esperamos poder traerla para nuestros lectores en nuestros próximos artículos.
    Ahora les preguntamos ¿Qué motivos habían tras la acciones de Lord Alfred Hudson? ¿Es quizás un intento por tomar una herencia? ¿Rencor por el amor de sus padres? Nosotros no lo sabemos pero esperamos poder descubrirlo, sigan atentos a nuestro próximo noticiario.
     
    -El Ratón Itinerante.
     
     
     
     
     
     
     
     

     
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