La Esencia del Orden
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Naturaleza y Origen
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Historia de lo Arcano
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Practicantes
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Organizaciones
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De Leyes y Conjuros
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Las Siete Escuelas
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Título
Naturaleza y Origen
Mas tratar de dominar y dirigir el flujo de la realidad tiene sus peligros; unos que todo taumaturgo debe conocer y ser consciente en todo momento si no desea perderse a si mismo… pues tal poder corrompe el pensamiento.
Historia de lo Arcano
Practicantes
Magos
Entre aquellas razas mortales donde el estudio de lo Arcano se establece, aprendices dotados de agudo intelecto y férrea disciplina se disponen a recorrer el camino de la magia. Tan magnífica como peligrosa la magia arcana concede no sólo poder, sino el respeto y miedo que acompaña tal concepción. Como resultado de aquello diversas culturas acuden en busca del sabio consejo de estos eruditos, cuando no les otorgan directamente autoridad y potestad dentro de sus respectivos gobiernos (como en Quel’thalas o la Ciudad Violeta).
Los Magos son los practicantes más comunes y poderosos de la magia arcana. Sus capacidades son tan variables como la personalidad de cada cual, mas la tradición de su aprendizaje legado por anteriores generaciones les hace compartir a menudo las bases de sus conocimientos y métodos.
Magos de batalla
Los Magos de Batalla están entrenados específicamente para reunir las cualidades de las que carecen el resto de sus compañeros: se acostumbran al esfuerzo físico que una campaña bélica requiere, a las órdenes y la cadena de mando, al uso de facultades cuyo uso puede ser sostenido en el tiempo que un combate perdura y su impacto sea siempre útil en el fragor de la batalla.
Protegidos con armaduras ligeras, instruidos escuelas con resultado directo en la batalla (Conjuración y Abjuración predominantemente) y algunos siendo competentes en el uso de armas como puede serlo la espada para protegerse a cortas distancias, los Magos de Batalla representan un valioso recurso en combate del que ya pocos ejércitos pueden permitirse carecer.
Entre estos académicos del combate mágico existe una vertiente más marcial conocida como el «Hojahechizo» que se encuentra principalmente entre los elfos nobles, aunque no es inaudito que miembros de otras razas hayan tomado este camino. Estableciéndose como un híbrido entre la aptitud marcial y el poder que la magia es capaz de desatar, estos combatientes optan por tejer encantamientos tanto de destrucción como protección en su arsenal de batalla.
Organizaciones
Kirin Tor
Neutral
En construcción.
Academia de Ventormenta
Alianza
Ubicada en el Ventormenta, la Academia de Artes y Ciencias Arcanas descansa orgullosamente en el corazón del Distrito de Mercaderes. Con su torre siempre repleta de estudiantes no son extraños sucesos como encontrarse algunas de sus aulas encerradas en hielo, habitaciones ocultas tras chispeantes cortinas de energía arcana o espacios cubiertos en llamas. Todo por supuesto de forma controlada.
Aunque Ventormenta ya poseía un puñado de magos capaces durante la Primera y Segunda Guerra (destacando los Conjuradores de los que se sirvieron contra los orcos y sus demoníacas invocaciones) no fue sino con la caída de Dalaran que su Academia pasó a conocerse como el nuevo centro de estudio mágico del mundo. Hoy día con la restaurada Ciudad Violeta atravesando los cielos aquella predominancia se ha desvanecido, pero se mantiene como una legítima opción para aquellos que desean profundizar en los misterios de la magia.
Academia Falthrien
Horda
Durante milenios los elfos nobles han cultivado su afinidad hacia la magia considerándola mucho más que un sendero a tomar, pues es para ellos un derecho y tradición cuyas raíces se remontan al exilio que dio origen a su pueblo. Situada en la Isla del Caminante del Sol para honrar la sabiduría y valentía de la estirpe que fue su guía, la Academia Falthrien ha regido la educación de los elfos en el control y correcto uso de las energías mágicas desde que los elfos se asentaran en los Bosques de la Canción Eterna.
Mas han sido tiempos difíciles. Recuperando parte de su pasada gloria tras la restauración de la Fuente del Sol y la retirada de los Cristales Ardientes que trajeron consigo sendas anomalías y la demencia a varios de sus estudiantes, en sus espléndidas agujas se imparte una vez más lecciones sobre poder y sabiduría a partes iguales.
Orden de los Rompehechizos
Horda
Reliquias de una era pasada, son escasos los Rompehechizos que hoy día restan. Estos formidables guerreros de élite escogidos vieron mermados drásticamente sus números con los conflictos de la Tercera Guerra y de nuevo cuando su cuartel general se vio abrumado por las fuerzas de la Legión Ardiente durante la traición de Kael’thas. Desde aquel suceso los Rompehechizos han rechazado escoger nuevos miembros a los que adiestrar, poniendo fin al honorable servicio que estos guerreros prestaron en la protección de las figuras de mayor relevancia del Alto Reino.
Las capacidades físicas de los Rompehechizos se complementaban con sus cualidades mágicas destinadas primordialmente a la defensa y volver la magia del rival en su contra (Abjuración y Encantamiento). Su equipamiento estaba encantado pensando no sólo en su protección sino en cómo anular taumaturgos enemigos sin importar su naturaleza, dispersando las energías que pudiesen estar canalizando al lograr un corte de sus gujas.
De Leyes y Conjuros
Las Siete Escuelas
Abjuración
La práctica de la magia Arcana a menudo conlleva sus propios riesgos, pues hasta el más mínimo error puede desencadenar las volátiles energías que conforman un hechizo. Incluso una vez superada la torpeza inicial la naturaleza de muchos conjuros implicaría no poder practicarlos o siquiera mostrarlos sin graves repercusiones sobre el entorno… y quizá sobre uno mismo o el desafortunado sujeto de prueba. La Abjuración es una de las primeras escuelas de magia en enseñarse en la inmensa mayoría de instituciones mágicas por ese mismo motivo: proporcionan al taumaturgo no sólo un campo seguro donde dar sus primeros pasos en lo arcano, sino la capacidad para sobrevivir al dificultoso sendero y otros obstáculos que pueda hallar.
Es la escuela enfocada en la magia protectora, entre cuyos conjuros podemos encontrar desde los exigentes hechizos como «Escudo de Maná» hasta los tempranos «Resguardos»: potentes herramientas capaces de detener descargas de energía e incluso ataques físicos.
Versiones más poderosas de estos conjuros serían los campos místicos que protegen ciudades como la de Dalaran, aunque tampoco nadie debiera subestimar la impedimenta que supone algo tan sutil como ser rodeado por un campo de energía que te impida el paso o atenace tus manos. A menudo taumaturgos especializados en la conjuración de energías elementales usan la esencia de las mismas para complementar también sus hechizos, o crean directamente versiones defensivas como el popular «Bloque de Hielo» y las «Armaduras Elementales».
Tras interpretar el aprendizaje pertinente el taumaturgo será capaz de defenderse de la mayoría de ataques (tanto físicos como de energía) si logra reaccionar a tiempo por medio de Resguardos: potentes defensas del tamaño de un escudo mundano que requieren de una rápida reacción y muy difíciles de sostener por más de unos segundos.
También será capaz de protegerse del entorno en una parte significativa, por ejemplo pudiendo no quemarse al tocar una olla al fuego o aminorar el frío que le invadiría al estar en un entorno nevado.
Habiendo escogido especializarte en la Abjuración comenzarás el aprendizaje de conjuros más avanzados, como lo es el «Escudo de Maná» (una protección más costosa y exigente pero capaz de perdurar sin concentración y dificultar efectos mágicos más esotéricos) y el «Contrahechizo» para dificultar que la evocación de los conjuros del objetivo. Ambos conjuros serán difíciles de realizar, pero con estudio y práctica paulatinos se irán volviendo más sencillos.
Así mismo conforme tu División aumente tus resguardos serán cada vez más fáciles de sostener por tiempo más prolongado, al igual que su tamaño también aumentará siendo en este grado ya similar a una puerta. También podrás crearlos a distancia y no únicamente ante tu mano, lo que te permitirá proteger a otros si estás listo para ello.
La capacidad para resistir la influencia de un entorno hostil se torna más evidente al acceder al conjuro de «Armadura»: un conjuro muy sencillo de mantener que otorga una protección leve aunque constante capaz de sufrir el tacto de una llama por unos segundos sin que sufras daño alguno, e incluso protege en cierto grado ante la influencia de otras energías como el Vacío.
Has culminado en aprendizaje del «Escudo de Maná» y «Contrahechizo» pudiendo utilizarlos de forma habitual a voluntad convirtiéndote en un Abjurador capaz. Una vez afianzadas estas capacidades es momento de buscar versiones más elaboradas, como lo es la capacidad de apresar a un objetivo desde la distancia por medio de la solidificación del maná alrededor de alguna de sus extremidades.
Tus resguardos continúan avanzando en esta División alcanzando ya el tamaño de un pequeño muro o semicírculo capaz de proteger a varias personas a la vez, aunque sea una tarea exigente para ti. Tu conjuro de «Armadura» es ahora más poderoso y estable, e incluso serías capaz de proyectar una versión menos poderosa de la protección que ofrece en un campo a tu alrededor.
Dominadas las facetas anteriores, comienzas a tocar los conjuros más avanzados que esta escuela es capaz de ofrecer. Proezas como Contrahechizar a varios objetivos a la vez o rodear a alguien por completo con un campo de energía para impedir que se mueva ya no son cosas imposibles para ti, aunque sí dificultosas.
Tus resguardos te permiten proteger con soltura a varias personas al mismo tiempo, pero con esfuerzo ahora incluso podrías generar un campo esférico completamente cerrado para proteger desde todas las direcciones, convirtiéndote en una fuerza muy a tener en cuenta en cualquier conflicto.
Ya no existe aquello que te suponga una dificultad dentro de tu campo. Los conjuros que antaño te parecían dificultosos se han convertido en lo habitual, pudiendo conjurar grandes campos de protección de forma continua, apresar a varios individuos o impedir el uso de magia a varios taumaturgos rivales al mismo tiempo.
Has alcanzado la cúspide de tu especialización y ya tan solo resta ver si eres capaz de ir más allá de lo que está escrito.
Existen referentes en cada Escuela de Magia cuyas aportaciones han servido de guía e inspiración a muchos estudiosos que llegaron tras él. Alcanzado este nivel el nombre de tu personaje está entre aquellos, encontrando en el abstracto estudio de la magia una relación de simbiosis que muy pocos han logrado nunca alcanzar.
Tienes al mundo mágico aguardando por tus siguientes ideas.
Adivinación
Las energías arcanas fluyen por toda la creación y rigen cómo funciona la interacción de sus fuerzas, y si bien es cierto que los arcanistas han sabido apreciar el poder que su manejo puede otorgar al taumaturgo no son tantos los que han decidido centrar sus esfuerzos en la verdadera comprensión de estas energías. La Escuela de la Adivinación se concentra en el entendimiento de cómo la energía arcana se relaciona entre si y lo mundano logrando el entendimiento de una realidad intrínseca: todo deja su huella en ella. Este descubrimiento es conocido como «Ley Simpática» y ha sido fuente de debate, hipótesis y misterio por mucho tiempo e incluso hoy día se desconoce su verdadero alcance.
Logrando acceder a esta red el Adivinador es capaz de contemplar que transcurre a grandes distancias, vislumbrar los hechos pasados, percibir los pensamientos así como comunicarse mediante los mismos, rastrear verdaderamente a un individuo, ver lo que se oculta más allá de lo mundano y entender cualquier fenómeno mágico de una forma que otros tan sólo pueden imaginar.
Pero muchas de esas proezas son tan imposibles como lo es hallar una gota de agua en el vasto Mare Magnum; el Adivinador necesita un catalizador, algo que guarde relación con aquello que busca encontrar en la compleja urdimbre que es lo arcano. A más avanzado sea un adivinador mayor será su capacidad para «seguir el rastro» de aquello espera encontrar, siendo el máximo exponente de nuestra era el Archimago Medivh. Sus hechizos le permitieron ver el mundo de Draenor desde nuestro hogar en Azeroth y tal vez incluso más allá.
Tras interpretar el aprendizaje pertinente el taumaturgo será capaz de concentrarse para detectar el rastro de cualquier energía magia que haya en su entorno próximo: esto va mucho más allá de la percepción que ofrece la habilidad «Sensibilidad Mágica» pues permite conocer con exactitud dónde se encuentra aquello que la irradia, de cuántos orígenes proviene así como su intensidad y naturaleza.
Habiendo escogido especializarte en la Adivinación comenzarás el aprendizaje de conjuros más avanzados, como la «Visión» que te permitirá percibir lo que ocurre en un punto específico con el que estés familiarizado desde una distancia considerable como si estuvieras presente. No sólo eso, sino que incluso comenzarás a recorrer los primeros pasos de una temprana «Telepatía» que te permitirá percibir los pensamientos superficiales y estado de ánimo de aquellos sobre los que te concentres además de poder comunicarte mentalmente. Ambos conjuros serán difíciles de realizar, pero con estudio y práctica paulatinos irán volviéndose más sencillos.
Así mismo conforme tu División aumente tu facultad para «detectar magia» se intensificará ampliando tanto su alcance como la posible información obtenida, que será cada vez más precisa. Más que eso, te permitirá ya no únicamente percibir su naturaleza, origen e intensidad sino su función general (por ejemplo, si se trata de una ilusión). La concentración que requiere también irá disminuyendo.
Has logrado dominar los conjuros de la «Visión» y «Telepatía» de modo que utilizarlos ya no te suponen ningún esfuerzo, convirtiéndote en un Adivinador formado. Afianzadas estas capacidades es momento de buscar versiones más complejas, como lo es la capacidad de consternar la mente de un individuo con un asalto mental capaz de aturdir, establecer vínculos telepáticos con más de un ente al mismo tiempo, presenciar desde mayores distancias lo que ocurre o «recorrer» mentalmente una pequeña zona al completo siendo estas tareas exigentes por el momento.
Tus facultades en la detección de energías continúan aumentando, extendiéndose su alcance nuevamente al tiempo que profundizas en las energías percibidas, siendo ya incluso con esfuerzo capaz de percibir los débiles rastros de conjuros y energías que allí estuvieron y atisbar sobre cuál debió ser origen y función.
Tu comprensión de la Ley Simpática comienza a ser tangible pudiendo usar ya tus capacidades para descubrir hechos sin siquiera haber estado presente, como podría ser obtener fragmentos de la escena ocurrida en una habitación si fueses capaz de hallar objetos relacionados con el suceso concreto que buscas o lograr información del dueño de un objeto que se encuentre en tus manos.
Dominadas las facetas anteriores comienzas a tocar los conjuros más avanzados que esta escuela es capaz de ofrecer. Mantener diversos enlaces mentales al unísono, ver la misma magia y a través de los engaños ya no son tareas tan exigentes, mientras que facultades insólitas como el buscar entre los recuerdos de una persona voluntaria (o cautiva), establecer contacto mental a través de grandes distancias o aturdir varios objetivos a la vez son ahora posibilidades que aunque con dificultades te son posibles.
Tu acceso a la Ley Simpática comienza a ser un rasgo innato logrando la facultad de percibir en tus alrededores la impronta de aquello que antes requería tu concentración completa, mas con esfuerzo existen ya pocas cosas no seas capaz de percibir. La misma comienza a establecer una relación contigo siendo capaz de hallar con mayor facilidad aquello que buscas en su urdimbre, descartando de forma natural algunos de aquellos que podrían alejarte de tu búsqueda.
Ya no existe aquello que te suponga una dificultad dentro de tu campo. Los conjuros que antaño te parecían dificultosos se han convertido en lo habitual, percibiendo el flujo de la magia como un velo superpuesto a la propia realidad al que puedes acceder con un mínimo pensamiento. Tareas como escudriñar o sostener una conversación a grandes distancias, penetrar en los recuerdos más ocultos de aquellos que quedan en tus manos, conocer pensamientos y emociones superficiales con una breve interacción son capacidades tan propias de ti como respirar.
Has alcanzado la cúspide de tu especialización y ya tan solo resta ver si eres capaz de ir más allá de lo que está escrito.
Existen referentes en cada Escuela de Magia cuyas aportaciones han servido de guía e inspiración a muchos estudiosos que llegaron tras él. Alcanzado este nivel el nombre de tu personaje está entre aquellos, encontrando en el abstracto estudio de la magia una relación de simbiosis que muy pocos han logrado nunca alcanzar.
Tienes al mundo mágico aguardando por tus siguientes ideas.
Conjuración
Entrever cómo lo arcano rige el funcionamiento de la realidad abre infinidad de puertas y tras cada una existe la promesa de poder sobre un aspecto de la misma realidad, mas ninguna de ellas ejerce su reclamo de forma tan directa como la posibilidad de atar, invocar y moldear cuanto conforma el universo. La Conjuración una de las escuelas más celebres cuyas bases son conocidas por prácticamente todo arcanista, pues ofrece al mago la posibilidad de pasar a la ofensiva resultando en práctica tan o más peligrosa que el manejo de una espada ya en sus facetas más tempranas, desatando verdaderas vorágines de destrucción en etapas más avanzadas.
De todas las escuelas es sin duda la de naturaleza más ofensiva, mas dicha capacidad no es sino una conveniencia colateral de sus principios: si las energías arcanas rigen la realidad entonces es posible no sólo invocar objetos e incluso criaturas por medio de ella, sino controlar las mismas energías que la habitan. Del mismo modo que el artesano utiliza sus herramientas para crear aquello que desea el Conjurador invoca estas energías en bruto y las moldea desatando novas de escarcha, incendiarias lluvias de fuego y violentas explosiones arcanas.
Las complejidades y diferencias entre cada tipo de energía hace que los Conjuradores deben especializarse en una de ellas, adaptándose a las sutilezas que requieren para desatar todo su potencial. Una práctica más avanzada dentro de la escuela es la invocación de Elementales y su atadura: invocados desde lugares más allá de nuestra realidad estos seres de pura energía cumplen las órdenes y propósitos de sus amos, una vez atados a su voluntad.
El aprendizaje de la Conjuración comienza con acumulación de energía arcana y la invocación de las fuerzas elementales (Fuego y Agua). Cada una de estas energías requiere de un aprendizaje por separado a la arcana, que todo mago conoce. Una vez dominadas el taumaturgo podrá desatar sus efectos en forma de ataques de energía «sencillos» como la conocida bola de fuego, el proyectil arcano o la descarga de escarcha.
La liberación de estas energías de forma sostenida y controlada le permitirá calentar o prender aquello que alcance con su mano o justo lo contrario, bajar su temperatura e incluso congelar pequeñas cantidades de agua o dar calambres durante un apretón de manos o un material conductor.
A diferencia de los conjuros de la mayoría de otras escuelas basados en el uso sutil del maná, la Conjuración tiende a ser extenuante y no un recurso al que recurrir a la ligera.
Habiendo escogido especializarte en la Conjuración comenzarás el aprendizaje de conjuros más avanzados basados en un tipo de energía concreta (Arcano, Fuego o Hielo) en la cual te especializarás. Aprenderás versiones más rápidas de estos conjuros (como «Agostar», «Lanza de Hielo» y su equivalente arcano) apropiados para el conflicto directo.
Nuevos hechizos más exigentes y devastadores capaces de herir a varios objetivos entrarán en tus posibilidades («Aliento de Dragón», «Cono de Escarcha» y el «Torrente de Maná») si bien su uso albergará dificultades y será extenuante. Das tus primeros pasos en dirigir la energía del entorno pudiendo controlarla parcialmente a tu favor (como dirigir las llamas de un incendio, el agua de un estanque o el abundante maná del lugar) e incluso enfocar las energías que controla desde la distancia («Explosión de Fuego» «Explosión Arcana» y «Congelación») pudiendo no sólo causar daño sin la necesidad de lanzar un proyectil sino prender en llamas, cubrir de escarcha una extremidad o aturdir a su objetivos con una repentina sacudida de maná. Estos potentes conjuros requieren de la concentración del taumaturgo, siendo dificultosos de utilizar por ahora.
Tu aguante ante la fatiga va en aumento logrando mantener el ritmo en la mayoría de conflictos breves, mas durante aquellos largos la extenuación continúa siendo un problema. Tus capacidades para afectar aquello que tocas tras canalizar se intensificará, pudiendo tu roce causar serias heridas al liberar bruscamente la energía contenida.
Una vez culminado el aprendizaje de tus primeros conjuros en requerir grandes cantidades de energía y más resistente a la fatiga que causan el Conjurador formado comienza a explorar nuevos métodos: la capacidad de expulsar energía en todas direcciones desde si mismo (Novas y Deflagraciones) no es ya algo insólito, aunque sí dificultoso y un recurso que no debiera utilizarse a la ligera como tampoco las versiones potenciadas que ahora eres capaz de desatar («Piroexplosión», «Pica Glacial» y «Tromba de Maná»).
Es a partir de esta división donde el taumaturgo emprende los estudios que le permitirán la invocación y atadura de Elementales, proceso que aunque largo y costoso le permitirá tener bajo su servicio a una de estas criaturas.
Tu capacidad para soportar las energías que debes canalizar aumenta a la par que tus capacidades. Aunque todavía puedes sentir el peso que provoca la utilización de tus hechizos eres capaz de sostener su uso por largos periodos de tiempo como buena parte de una batalla.
Dominadas las facetas anteriores, comienzas a tocar los conjuros más avanzados que esta escuela es capaz de ofrecer. Los conjuros en área más devastadores (como «Fogonazo», «Lluvia de Fuego», «Ventisca» y «Tempestad Arcana») como aquellos que crean un peligroso manto sobre ti («Combustión» «Sangre Helada» y «Poder Arcano») ya son una meta que aunque difícil es alcanzable para ti.
Facultades como congelar parcialmente a tus enemigos desde la distancia, prenderlos por completo en llamas, hacerlos colapsar por el paso de lo arcano por su ser o realizar versiones menos poderosas en varios objetivos al mismo tiempo ya está en tus posibilidades, si bien requieren esfuerzo por tu parte.
Tu resistencia a la canalización de energías ya sólo te deja exhausto si realmente te fuerzas de forma continua, aguantando el paso de cualquier contienda que ante ti pueda hallarse.
Ya no existe aquello que te suponga una dificultad dentro de tu campo. Los conjuros que antaño te parecían dificultosos se han convertido en lo habitual, pudiendo mantener la canalización de energía y moldearla en devastadoras formas sin mostrar síntomas de verdadero cansancio. Desatar lluvias de fuego sobre tus rivales, tormentas de devastadora magia arcana o trizar a tus enemigos con la escarcha es ya algo para lo que siempre estás preparado, al igual que hacerles prender en llamas con un sólo hechizo o inutilizarlos ya sea con la escarcha o el flujo de lo arcano.
Has alcanzado la cúspide de tu especialización y ya tan solo resta ver si eres capaz de ir más allá de lo que está escrito.
Existen referentes en cada Escuela de Magia cuyas aportaciones han servido de guía e inspiración a muchos estudiosos que llegaron tras él. Alcanzado este nivel el nombre de tu personaje está entre aquellos, encontrando en el abstracto estudio de la magia una relación de simbiosis que muy pocos han logrado nunca alcanzar.
Tienes al mundo mágico aguardando por tus siguientes ideas.
Encantamiento
Todo cuando existe en nuestra realidad está en contacto con la magia: con el tiempo su influencia sobre las diferentes especies las ha llevado a evolucionar e incluso obtener facultades que no son sino una innata capacidad mágica, al igual que ocurre la flora, los metales y todo material inerte conocido. Algunas de estas aptitudes son tremendamente temidas o valoradas, como lo es la ligereza del mithril o la capacidad de los basiliscos para convertir en piedra aquello donde posan su mirada.
El Encantamiento es el estudio que trata de profundizar y replicar la capacidad de otorgar cualidades mágicas, buscando ejemplos y fórmulas para la creación de efectos cada vez más impresionantes. El modo más común en la que esta práctica se pone de manifiesto es en la creación de objetos mágicos: desde las ropas encantadas que ignoran el desgaste del tiempo, bastones enjoyados que ayudan en la canalización de potentes hechizos, amuletos de protección y detección hasta armas envueltas en energía y objetos animados. Pero todos harían bien en recordar esta no es la única capacidad de quienes practican esta escuela, pues lo que la magia puede otorgar un Encantador sabe tomar.
La disipación de magia es una de las facultades más relevantes de aquellos que profundizan en el Encantamiento, pues con la comprensión de cómo infundir capacidades mágicas llega la de cómo retirarlas. El Encantador puede aprovechar la energía que existe tras cada conjuro al deshacer su forma, logrando en etapas más elevadas perturbar y volver aquellos conjuros prolongados en contra de sus oponentes. Al disipar y destruir un efecto duradero (práctica conocida Desencantar) el taumaturgo obtiene la esencia mágica que alimentó el propio conjuro y ahora podrá utilizar en sus propias creaciones.