Becka

A lo largo de más de cinco siglos de existencia, el Culto de la Diosa ha ido desarrollando su propia identidad cultural, siendo esto también un medio de alimentar el sentimiento de pertenencia al grupo para favorecer la lealtad y el fanatismo de sus integrantes. Canciones infantiles, mitos, supersticiones... y, por supuesto, celebraciones anuales. En realidad estas fiestas eran celebraciones originarias de Gilneas a las que el Culto dio otro sentido y otra forma, aunque conservando las fechas. Esto se hacía para facilitar su asimilación, ya que todas las integrantes eran de origen gilneano. Existen en total cuatro celebraciones a lo largo del año: Lulh, Shalt, Litha y Hrolf. Primer día del año Si hay algo que las brujas del Culto tienen claro es que sus vidas serán cortas porque deben serlo. Desde niñas aprenden los riesgos que conlleva emplear la magia de los demonios y lo que ésta les hará a lo largo de los años. La única verdad inalterable es que nadie escapa de la corrupción, por lo que prefieren morir a manos de sus hermanas antes que perderse a si mismas en el "delirio". Lulh es la celebración de su lado más humano, un tiempo de introspección en el que permitirse mirar al pasado y reflexionar sobre él. En esta época se honra el recuerdo de las hermanas caídas, se hacen ofrendas, se pronuncian sus nombres y se relatan sus logros, manteniéndolas vivas en la memoria colectiva aunque sea solo durante unas horas. Esto no solo ayuda a que las nuevas brujas tengan conocimiento de sus orígenes, si no también a tener presente que, aunque mueran siempre serán recordadas por sus hermanas. Para bien o para mal, cada una de esas vidas deja tras de si una lección que puede guiar a sus semejantes hacia la única opción aceptable para una hija del Culto y es que el verdadero poder es de aquel que domina sin ser doblegado. Una bruja que sirve a la Legión es una bruja que ha sucumbido al "delirio" y, por lo tanto, ha dado la espalda a todo lo aprendido junto a sus hermanas. Las semanas previas a esta celebración, las brujas envían sus ofrendas a la Madre quien, por su parte, debe recoger tierra de la tumba de las brujas caídas. La noche previa al amanecer del primer día del año, las brujas y la Madre se reúnen junto a una hoguera de roble, fresno y serbal en un lugar que cuente con tierra, agua, vida y viento, complementando a la presencia del fuego. Durante la noche la Madre nombra a las caídas, se cuentan sus historias, se habla sobre la muerte, la vida y lo aprendido a lo largo del año mientras se queman las ofrendas. Con la primera luz del amanecer es deber de la Madre apagar la hoguera con la tierra de las tumbas que habría llevado consigo. Con este gesto se cierra el año anterior y se inicia uno nuevo siendo más sabias y más conscientes de su mortalidad y su crecimiento personal. Actualmente: Las Damas del Ocaso tienen a un Maestro que es quien ocupa el lugar de la Madre en esta celebración. Esta celebración sigue vigente. Escena desbloqueada mediante rol - 02/07/2019 De finales de abril a mediados de mayo Las brujas, por norma general, son criadas para ser autosuficientes, tanto en el sentido material como en el emocional. Es por este motivo que muchas de ellas no se plantean siquiera la idea de formalizar una relación a largo plazo mediante el matrimonio. Algunas directamente rechazan las relaciones románticas y deciden llevar una vida dedicadas única y exclusivamente a si mismas. Sin embargo renunciar a las relaciones con el sexo opuesto no significa renunciar a una bendición que suele venir de la mano de una relación, y es la maternidad. Un aquelarre que sobrevive a través de diferentes generaciones requiere que sus miembros tengan descendencia, y el shalt ofrece a las brujas una solución a ello. Durante el mes de marzo aquellas brujas que deseen pasar el rito del shalt envían sus peticiones a la Madre. En dichas peticiones figuran los requisitos que esperan de su acompañante. Algunas dan importancia a una gran sensibilidad a la magia, otras a la templanza de carácter y otras a la forma física. Todos estos requisitos son establecidos según lo que las futuras madres quieran como posible herencia para sus hijos. Hay algunas participantes que también señalan a un acompañante en concreto que han elegido previamente. La Madre debe seleccionar a los candidatos aptos según los requisitos exigidos por las solicitantes, que pueden ser brujos o simpatizantes de otros aquelarres. Cuando son formalmente citados al shalt, comienza la preparación previa a partir del primer día de abril y hasta que culmine la celebración. Tanto las futuras madres como los candidatos masculinos reciben instrucciones sobre qué deben comer, que comportamientos evitar y qué otros propiciar. Además de estas directrices también reciben un preparado de hierbas que deben tomar, sin falta, cada mañana hasta el día del encuentro. Mientras dura la preparación para el rito ni las madres ni los candidatos deben mantener relaciones sexuales. Cuando ambas partes están listas la Madre elige un día propicio para la fertilidad de la bruja entre finales del mes de abril y mayo. Fijado el día solo resta llevar a cabo el rito. Durante la noche del rito, la candidata debe superar la primera prueba que es sobrevivir en el bosque, desnuda, hasta que llegue el momento del encuentro, estableciendo para ella y su candidato un área segura donde consumar. Cuando ambos se encuentran ninguno de ellos puede hablar. No debe haber cruce alguno de información, ni extender el encuentro más tiempo del estrictamente necesario. Al ser algo que se realiza de forma anónima tanto para la futura madre como para el candidato, ninguno de ellos debe retirarle la máscara al otro. Todos los ritos acaban siempre en embarazo, de ahí su popularidad incluso entre mujeres que tienen dificultades para concebir. Tras el encuentro los derechos sobre un hijo nacido del shalt pertenecen únicamente a la madre, y queda absolutamente prohibido revelar la identidad del candidato asignado en la consumación. Actualmente: Originalmente la diosa era la encargada de visitar a la bruja que aspiraba a quedarse embarazada para marcarla en caso de considerarla digna. El candidato solo podía consumar el rito si la bruja había recibido el visto bueno de la diosa, de lo contrario debía retirarse. Con la muerte de Eris, esta parte del rito se ha omitido. Esta festividad sigue activa. Escena desbloqueada mediante rol - 02/07/2019 Solsticio de verano La vida de una bruja del Culto exige disciplina y autocontrol a un nivel casi perfecto. La corrupción es un veneno que aprovecha cualquier fisura para expandirse, por lo que una mente fuerte y siempre alerta es fundamental para sobrevivir lo suficiente como para considerar que has tenido "una buena vida". De ahí nace la noche de litha. Una noche para el delirio y los demonios, donde el control desaparece para dar paso a la glorificación del poder y la lujuria. Se escoge precisamente la noche del solsticio al ser la noche más corta del año. Siete días antes del solsticio, la Madre debe reunir siete plantas místicas y recoger el agua de siete fuentes distintas. Las plantas deben ser seleccionadas cuidadosamente, pues serán mostradas al final de la celebración y conforman un mensaje enviado por la Madre a trávés del lenguaje oculto de las plantas. Si quiere expresar gratitud pondrá aupatorio y rosa centifolia; si quiere expresar deseo, pasión y fuerza, pondrá lirios malvas, caléndula, gladiolos e hinojo. Esta elección debe ser meditada, pues una elección equivocada puede ocasionar una ofensa a los asistentes. Reunidos los ingredientes deben ponerse juntos en una jarra de cerámica en la mañana del solsticio. La jarra se entierra en el lugar sobre el que esa misma noche se alzará la gran hoguera de litha. Una vez devuelta en el hogar, se debe hacer una tintura compuesta de leche, ceniza de la chimenea y pasta de flores, del aroma que se prefiera, hasta formar una pasta blanquecina en una cantidad considerable. A esta celebración no solo asisten las hijas del Culto, si no que es una experiencia que se comparte con otros aquelarres afines, e incluso brujos y brujas huérfanos. La tintura de ceniza es algo que deben llevar los maestros o líderes de cada aquelarre, pues con ella se deben pintar los símbolos de litha sobre los cuerpos de los participantes. Mientras que el Culto se preocupa de preparar la gran hoguera, son los invitados quienes acuden cargados de comida, bebida y leña para toda la noche. Los maestros invocan a sus demonios, bien como asistentes o bien como participantes activos, y da comienzo la celebración. Música, baile, bebida y libertinaje reinan desde la medianoche hasta el amanecer. Todo comportamiento consentido llevado a cabo durante litha debe ser olvidado al amanecer, o al menos hacer el intento por no convertirlo en un reproche. Cuando faltan unas horas para que amanezca se va dejando morir la hoguera para que se convierta en un montón de cenizas, y cuando la noche va dejando paso al nuevo día aparece la figura de la doncella, que no son otra cosa que brujas que interpretan la "danza del prendido", llevando finas túnicas de seda blanca y una lámpara de aceite en la mano. Estas doncellas serán quienes bailen alrededor de la ceniza hasta que despunta la primera luz del alba, que marca el fin de litha. La Madre debe entonces abrirse paso entre la ceniza para desenterrar la jarra con el agua y las plantas. Debe lavar su rostro con el agua y separar las plantas, que serán el presente para quien considere que ha sido el señor o dama del solsticio. Esta elección es libre para la Madre, y suele ser un símbolo que honra la actuación del elegido durante la celebración. Actualmente: Es el Maestro quien ocupa el lugar de la Madre durante esta celebración. Aunque sigue en activo, el Maestro y la Madre no participan por decisión personal, siendo más una fiesta destinada a las Damas y los invitados. Escena desbloqueada mediante rol - 04/07/2019 Solsticio de invierno Esta fiesta tiene un origen oscuro, pues surgió como una forma de alimentar a la diosa de forma ritual a modo de honrarla y agradecer el poder que conseguían las brujas a través de ella. Hrolf es, en esencia, sacrificio. Cada bruja puede escoger llevar o no un sacrificio que ofrecer a la diosa, teniendo el honor de dárselo personalmente y, quizá, si es un sacrificio especial, recibir algún don a cambio. Sobra decir que no todas las brujas podían presentar sacrificios, pues la desaparición masiva de gente en una época concreta sería una pauta demasiado llamativa. No obstante había lista de espera para sacrificar inocentes, y pocas o muy pocas brujas conseguían presentar una ofrenda dos veces, por lo que la elección era esmerada. Sacerdotes de la luz, soldados de mérito e incluso niños recién nacidos. Cualquier perfil deseable para Eris se convertía en un objetivo perseguido por el Culto. Actualmente: Inactiva. Rebecca la prohibió nada más tomar el título de Madre del Ocaso, aunque Evan en su posición de Maestro la haya reactivado de manera puntual una única vez. Escena desbloqueada mediante rol - 04/07/2019

El Pacto de los Siete es el acuerdo de no agresión y cooperación firmado por varios aquelarres activos en las diferentes zonas del Reino de Ventormenta e incluso externas al mismo. Estos aquelarres basaban su existencia en tres pilares fundamentales: Voto de secreto: Nadie debe saber de la existencia de los brujos o los afines a ellos de forma directa. Sacrificio del indigno: Solo se manipula el alma de aquel que haya sido encontrado culpable, nunca se tomará la vida de un inocente. Servidumbre al reino: Combatir el fuego con fuego para servir al hombre, no a la Legión. Cada uno establecería sus propias medidas de control interno para mantener estos tres principios básicos y, en caso de incumplimiento, el infractor tendría a los siete pactos tras su pista. Lideradas en su inicio por Meluan Lockless, las Damas del Ocaso eran numerosas y se regían bajo unas normas muy distintas a las que tienen hoy en día. Implacables, traicioneras y maliciosas, se escudaban en su misión de proteger Ocaso para justificar actos deleznables que se llevaban por delante tanto a culpables como a inocentes. Meluan accedió al Pacto para protegerse a si misma y a sus hijas, pero sin guardar un verdadero respeto por sus normas. Las Damas poseen una historia de casi medio milenio a su espalda. Durante todo ese tiempo han desarrollado una cultura propia, que incluye festividades, ritos, canciones, leyendas y atuendos distintivos. Tras la guerra de las neófitas y la muerte de Meluan, Rebecca asumió el control de un aquelarre casi extinto. Con una nueva ley impuesta por la nueva Madre del Ocaso, las Damas leales asumieron la verdadera tarea para la que vivían: proteger el bosque. Actualmente, y aunque la ley de las Damas no permite a los varones unirse a ellas, el líder del aquelarre es, de hecho, un hombre. La Madre determinó que lo mejor para el futuro de las Damas era que las guiase alguien que no emplease la magia vil, ya que así no podría corromperse. Si el Maestro se mantiene inmaculado, la misión de las Damas y su camino a seguir son incorruptibles. DUQUESA REBECCA LOCKLESS Madre del Ocaso DUQUE EVAN LOCKLESS Maestro del aquelarre. Ansuz. MERYL MEBLIN Raidho SHERYL MEBLIN Kaunaz LINTZA LAIBROOK Fehu GEILLIS LAIBROOK Uruz BREE THANER Wunjo BELA JENSEN Laguz ROOSE MEBLIN Jera HARAD LOCKLESS Dagaz MARY Hécuba

Ubicación: Páramos de Poniente Objetivo: Ian Rosmeere / Jaedengron Notas: Lintza, Dama del Ocaso, perdió la voz hace doce años tras enfrentarse a su primera misión en solitario en un incidente algo confuso que implicó a un señor apocalíptico. Traicionada por un brujo llamado Ian Rosmeere, Lintza fue conducida a una trampa en la que serviría como sacrificio para atraer al demonio, pero algo se torció. Aunque los dos deberían haber muerto en aquel encontronazo con la Legión, ambos sobrevivieron. Tareas: Evan: Localizar al demonio Kilvad para sonsacarle información sobre la maldición de las lenguas que el señor apocalíptico impuso a Lintza. Averiguar cómo contactar con el señor apocalíptico sin morir en el intento. Romper la maldición de las lenguas de Lintza. Elegir a las Damas que le asistirán en esta misión.

Ubicación: Bosque de Elwynn Objetivo: Adaline Shade Notas: Los Lobos de Ventormenta han señalado como objetivo a una sacerdotisa de sombras llamada Adaline Shade. Al ser conocida por las Damas del Ocaso, éstas han aportado información. Fue vista por última vez cerca del aserradero de Vega del Este. Es necesario determinar la ubicación de su escondite y las medidas de seguridad que tenga dicha guarida. Tareas: Alec: Reconocer el terreno y recopilar información sobre las intenciones de la sacerdotisa y su asentamiento. Elegir a uno de los lobos para que sea su asistente en la misión.

El Pacto de los Siete es el acuerdo de no agresión y cooperación firmado por varios aquelarres activos en las diferentes zonas del Reino de Ventormenta e incluso externas al mismo. Estos aquelarres basaban su existencia en tres pilares fundamentales: Voto de secreto: Nadie debe saber de la existencia de los brujos o los afines a ellos de forma directa. Sacrificio del indigno: Solo se manipula el alma de aquel que haya sido encontrado culpable, nunca se tomará la vida de un inocente. Servidumbre al reino: Combatir el fuego con fuego para servir al hombre, no a la Legión. Cada uno establecería sus propias medidas de control interno para mantener estos tres principios básicos y, en caso de incumplimiento, el infractor tendría a los siete pactos tras su pista. El primer aquelarre interesado en acceder al Pacto fue el que lidera actualmente el duque Dethlaf Greyfallow, un noble bien posicionado de la capital que ha jurado lealtad a la casa del rey y sirve a los intereses del reino, tanto en el ámbito público como el privado. Conocido por su excelente reputación, el duque tiene una extensa red de influencia y alianzas dentro de los bajos fondos, la Academia de las Ciencias Arcanas, el Cordero Degollado e incluso la mismísima Iglesia de la Luz y el ejército. Además de regentar varios negocios, entre los que destacan la venta de licores, tabaco y forjado ornamental, el duque tiene otro negocio oculto bajo uno de sus almacenes del puerto. Aprovechando las ruinas de una bodega de la antigua Ventormenta, el duque ha edificado un auténtico templo destinado a satisfacer los deseos de sus clientes bajo la protección de un anonimato absoluto. Entre las paredes de dicho local se dan cita los nobles y adinerados, desinhibidos bajo una máscara, revelando secretos y comportamientos reprochables solo conocidos por su anfitrión, quien guarda un sin fin de información que pueden aupar o hundir a cualquiera de ser necesario. Como brujo, Dethlaf ha demostrado ser temible a la par que justo. El Pacto es una medida de protección del reino, y él defiende el cumplimiento de sus leyes de manera implacable, borrando aquelarres enteros del mapa si estos violan los acuerdos. Sus seguidores, los lobos, son miembros de la nobleza ventormentina y gilneana, además de contar también con adinerados herederos kultirenses. Tal es la disciplina que Dethlaf impone a sus lobos que ninguno de ellos, bajo ninguna circunstancia, se atreve a mover un solo dedo o a pronunciarse si su alfa no lo ha ordenado. La autoridad, al igual que la obediencia, son absolutas, bajo pena de muerte. DUQUE DETHLAF GREYFALLOW Alfa de los Lobos de Ventormenta MARQUÉS WOLFRAM RALEIGH Lobo de Gilneas BARÓN EDWIN ARNOLD Lobo de Ventormenta ROBIN FRASER Lobo de Kul Tiras STEPHAN LAURENT ROSS Lobo de Kul Tiras BARÓN GABRIEL AIMS Lobo de Ventormenta JONATHAN ARMIN NOX Lobo de Ventormenta LORD ALEXANDER III DRAKE LANSTER Lobo de Gilneas

Breve relato de cierre y continuación de la trama... El portal de regreso llevó a brujos y aliados a la antigua capilla en ruinas de Jardín Sereno. Al estar en terreno conocido, la Madre abrió la puerta de acceso a la gruta que servía de refugio a su aquelarre, despidiendo a aquellos que, pese a su inestimable ayuda, no eran bienvenidos en un territorio tan sagrado y secreto. Evan llevó a Sheryl a uno de los camastros y preparó cuantos remedios y materiales precisara su esposa para poder atenderla debidamente. Pero Sheryl no era la única que necesitaba atención. Aideen y Alec se encontraban en pésimas condiciones, y si bien no eran parte de la familia se les trató como si lo fueran. Ambos brujos fueron acomodados en los camastros para ser atendidos y que pudieran descansar en condiciones favorables dada su situación. Aideen casi sin fuerzas y Alec envenado por la ponzoñosa energía de la cueva. Para no levantar sospechas, Glyah fue enviada a la casa familiar para que, a ojos ajenos, alguien con el aspecto de Meryl cuidase el jardín por las mañanas, alguien con el aspecto de Alec se dejara ver por la villa, alguien con el aspecto de Rebecca fuese de su domicilio a la tienda y alguien con el aspecto de Evan cuidara los caballos. Nada debía denotar la ausencia de ninguno de ellos, y por suerte para ellos Glyah había asimilado sus gestos y costumbres lo bastante bien como para que no llamase la atención a nivel superficial. Dentro del refugio no hubo descanso más que para los heridos. El asalto había tenido un coste muy alto. Habían conseguido su objetivo, los niños regresarían a casa sanos y salvos, los brujos del pantano habían sido erradicados y aquel ritual, fuera cual fuera su finalidad, había sido interrumpido. Y no solo eso… Rebecca había obtenido un tesoro de valor incalculable, una rama de Tol’ganarth, un árbol centenario alimentado con magia y sangre, uno que antaño ella y su familia habían tenido pero que ahora estaba muerto. La visión del árbol fue un regalo. La rama que ella se había llevado era la única que no había ardido, ya solo tenerla en la mano le provocó escalofríos. Se sabían pocas cosas de la familia Jensen, realmente pocas. Habían crecido tan aislados que cualquier noticia sobre ellos solo podía tomarse como un rumor, y Tol’ganarth siempre había sido eso, un simple rumor. Hasta ahora, que había pasado del rumor a la certeza y de la certeza al recuerdo en solo unas horas. Esa misma noche... La capa, negra con el interior verde oscuro, arrastraba tras de si las hojas caídas de los árboles, dejando una senda limpia y fácil de seguir. Los encajes de los puños y el broche de oro denotaban en ella lo lejos que quedaba de la gente corriente del lugar. Alguien la estaba esperando en aquel apartado rincón, una dama de salvaje melena de color avellana adornada con flores blancas, que se apresuró a saludar a la recién llegada: Temía que hubieras caído en el pantano. -dijo con una arrogante sonrisa. ¿Cuándo han fallado mis planes? Todo ha salido bien… han mordido el anzuelo sin hacer preguntas. -alzó las manos para descubrir un rostro marmóreo enmarcado por bucles azabache- Tenías razón sobre el árbol… Las pistas que dejamos en las casas al final han servido para algo. No te confíes, aún no hemos terminado. Sigues teniendo una misión que cumplir… Rebecca. La noble dama de Villa Oscura esbozó una sonrisa sibilina, solo para componer una expresión de falsa dulzura e indefensión. Tranquila, mi papel de madre abnegada no tiene fisuras… Había una tercera persona allí que al escuchar esas palabras no pudo seguir observando. Muchos susurros habían llegado hasta ella a lo largo de los años, y muchas traiciones viajaban con ellos, pero ninguna como aquella. Geillis se retiró al pobre campamento que ocupaba como vivienda desde hacía meses, con el corazón roto. No fue hasta el día siguiente cuando acudió a por provisiones a la posada que recibió la carta de Evan, citándola para hablar. Detuvo el primer impulso de tirar la carta, y también el segundo y el tercero, pero finalmente se la quedó. Quizá no se decidiera a ir en un principio, pero al menos lo pensaría.

El Pacto de los Siete es el acuerdo de no agresión y cooperación firmado por varios aquelarres activos en las diferentes zonas del Reino de Ventormenta e incluso externas al mismo. Estos aquelarres basaban su existencia en tres pilares fundamentales: Voto de secreto: Nadie debe saber de la existencia de los brujos o los afines a ellos de forma directa. Sacrificio del indigno: Solo se manipula el alma de aquel que haya sido encontrado culpable, nunca se tomará la vida de un inocente. Servidumbre al reino: Combatir el fuego con fuego para servir al hombre, no a la Legión. Cada uno establecería sus propias medidas de control interno para mantener estos tres principios básicos y, en caso de incumplimiento, el infractor tendría a los siete pactos tras su pista. Uno de los aquelarres firmantes fue la familia de una bruja llamada Mary Ray Jensen, cuyo aquelarre estaba conformado únicamente por ella y sus descendientes que habían renunciado años atrás a vivir en los territorios controlados por el Reino de Ventormenta pero sin ser contrarios al mismo. Se instalaron en el Pantano de las Penas y aprendieron a sobrevivir y a prosperar en él, ocultándose de miradas ajenas y sirviéndose de los viajeros para nutrir sus artes. El aislamiento de esta familia ha hecho con los años que sea difícil determinar cómo de apegados se mantienen a los tres pilares de comportamiento, pero sin pruebas en su contra ningún otro aquelarre esta autorizado a intervenir. Lo único que se sabe con certeza es que han resultado ser una familia prolífica dada a las relaciones incestuosas con partos múltiples. MARY RAY JENSEN Líder del aquelarre del Pantano de las Penas ORSINE Aspecto de Lujuria DELLA Aspecto de Venganza AMEDEA Aspecto de Ira REMME Guardián

Ubicación: Pantano de las Penas Objetivo: Espino de Sangrevil Notas: El Espino de Sangrevil es un bastón propiedad de Mary Ray Jensen, líder del aquelarre del pantano afiliado al Pacto de los Siete. Tareas: Auxiliares: Reconocer el terreno y recopilar información sobre el aquelarre y su asentamiento. Aprendices: Sabotear las vías de comunicación con Akasha, señora del Pacto. Damas: Eliminar a las tres lugartenientes: Magrath, Alegreia y Cassandra. Líderes: Dar caza a Mary Ray y recuperar el Espino de Sangrevil.

En el altar del caído sin nombre una anciana ha depositado lo siguiente: Ramillete de flores: Caléndula de pena Capuchina de obediencia Saúco de fervor Viborera de falsedad Romero de recuerdo Saco de 200 gramos de grano Saco de 150 gramos de grosellas Cráneo de cuervo bañado en bronce Nota a las Damas Arrancado del descanso vaga por el oeste en busca de una espada quebrada. Sobre la cabeza una corona de flores marchitas, en el pecho una coraza herida, en sus dedos tres marcas y al cuello una sortija. Ceniza, romero y tierra de su sepulcro será el recuerdo único que conserve del caído. Que las Damas le otorguen el final que el bosque le ha negado. Líderes convocados: @Evan Damas convocadas: @Nedil @Tali @Falenas Nota: El lenguaje de las flores es esencial y libremente interpretable. Cada planta tiene un significado y el orden en el que aparecen también. Sed libres de darle con vuestros personajes la lectura que creáis correcta.